lunes, 26 de mayo de 2025

El silencio elocuente de Rizpaj



 Rizpaj, es una mujer que apenas sale en unos versículos del segundo libro de Samuel.

Nos hemos preguntado porqué quien lo escribe, quiere mantener la memoria de lo que le acontece. Por qué quiere que el Pueblo de Dios sepa lo que ocurrió.

Rizpaj no habla, no grita, no llora.  Su silencio es conmovedor. Hay determinación en su silencio.

Su silencio elocuente deja en evidencia la inhumanidad en los contextos de guerras que toleran los reyes de Israel.


En medio de intrigas, traiciones, asesinatos y ruptura de acuerdos, el jefe del ejército del rey Saúl viola a Rizpaj, concubina del rey (el texto dice que se acuesta con ella pero a estas alturas de nuestra conciencia, sabemos que eso es una violación) . Como cosa "tomada" del monarca, es un signo de debilidad real. El hijo de Saúl recrimina al jefe del ejército su acción, ya que siente la debilidad que eso significa también para él como heredero legítimo del reino.

Pasa el tiempo y ya reina David. Hay hambre en el pueblo y el discernimiento que hace David es que Dios está enfadado por la ruptura del pacto de Saúl con los gabaonitas. Y les pide un precio para pagar aquella ruptura. Dicho precio son 7 descendientes de Saúl. 2 de los cuales serán los hijos de Rizpaj. Los 7 son colgados en el monte sagrado de Saúl.

Rizpaj se viste de luto, de saco y acude al lugar para velar los cuerpos y evitar que sean devorados por las alimañas. Está 6 meses, en cuerpo y alma.

Sigue sin llover. El comportamiento de Rizpaj conmueve al rey David. El rey busca los cuerpos de Saúl y Jonatán que tampoco estaban enterrados y junto con sus descendientes les da digna sepultura. Entonces empieza a llover. Hasta que David no actúa con respeto hacia sus enemigos y hacia los muertos, Dios no cambia las condiciones de la tierra y el destino del pueblo. Rizpaj enseña cómo es Dios, amor por la vida, no violencia.

Ha sido inevitable en esta tarde, tener presentes las violencias de las guerras que organizan los hombres: Gaza, Yemen, Sudán... 
Y han sido muchos los temas suscitados por la lectura de este libro sobre Rizpaj. 

Terminamos así el segundo curso del Club de lectura Mujeres Bíblicas. Satisfechas con lo aprendido, lo compartido y lo rezado. Nos volveremos a encontrar en septiembre con nuevas mujeres bíblicas y con su experiencia de Dios. Agradecemos a San Pablo la colección, a Silvia Martínez Cano su dirección y a Charo y al equipo de la librería su dedicación generosa.



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