El lunes, 2 de diciembre, celebramos nuestro tercer encuentro del club lectura Mujeres Bíblicas de este curso. Esta vez, fue un lunes más tarde ya que el ultimo lunes de noviembre coincidía con el 25 de noviembre, y es evidente que las mujeres de MyT no podíamos faltar a la manifestación y a la reivindicación de que se acabe la violencia contra las mujeres y nuestra solidaridad con todas las que la sufren. Quizás por este motivo, no estuvimos tantas como en otras ocasiones, pero aún así empezamos con mucho interés y entusiasmo.
En esta ocasión fue nuestra compañera Isabel García, quien nos condujo en la lectura del personaje de SARA.
Disfrutamos con la primera Matriarca. Mujer con voz propia, que se desligó de su esposo en la medida en que la situación del momento histórico se lo permitía.
Sara fue una mujer vulnerable, desarraigada de su tierra, de su vínculo familiar; y con Abraham sigue un segundo desarraigo: tiene que salir y ponerse en camino hacia Canaán.
Su mayor drama es su esterilidad, ya que a las mujeres se les valoraba en función de su fecundidad.
Sara siempre es una buena cumplidora de los roles que le tocan a las mujeres, y la promesa de Dios se cumple precisamente en el cuerpo de una mujer, de Sara. Ella es quien transmite la promesa. Y en el momento de la promesa Dios equipara a Sara y a Abraham, en igualdad.
Dios usa el cuerpo de las mujeres violentadas y vulnerables para gloria suya.
Sara, la primera matriarca, es capaz de reír ante el hecho de que en ella se cumplan las promesas. Al dar a luz a su hijo Isaac, “ Sara dijo: «Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo[» (Gn 21, 6), o de danzar, como dicen otras traducciones.
Dialogamos con todas estas aportaciones y terminamos danzando , como Sara, agradeciendo a Dios que ponga sus ojos en las mujeres como gestoras del cumplimiento de las promesas.
Gracias Isabel por ayudarnos a ahondar en la figura de Sara y reivindicarla como la primera Matriarca