El
pasado 28 de diciembre, nos reuníamos una vez más bajo el acogedor
auspicio de las Canonesas del Santo Sepulcro, convocadas por nuestros
hermanos y hermanas del Comité Oscar Romero, para recordar a todos
los Santos y Santas Inocentes que hoy en día siguen sufriendo las
consecuencias de un sistema neoliberal que expulsa a los márgenes a
la inmensa mayoría de la Humanidad.
Pudimos
escuchar testimonios desde Chile, Bolivia y también de una compañera
hondureña forzada a migrar a España para salvar su vida, y que
desde aquí nos estremeció con su testimonio de coraje y lucha,
ahora también desde su situación de mujer migrante trabajadora
doméstica. Todos estos testimonios nos hablaron de resistencia, de
esperanza, de luces y sombras, de tesón y de espíritu evangélico,
siguiendo el rastro de Jesús liberador de tanta injusticia.
Después,
desde el Comité nos invitaron a Mujeres y Teología Zaragoza a traer
la visión de las “inocentes mujeres” que se abren camino dentro
y fuera de la Iglesia para visibilizar su sitio. Lo hicimos con la
lectura de uno de los cuentos del recién publicado libro “Mujeres,
amigas de Jesús” de Carmen Sara Floriano, que aprovechamos para
presentar.
Más
tarde, dentro del capítulo de testimonios tuvimos el de Antonio
Martínez, sacerdote turolense ahora mismo en Ecuador, que nos
transmitió la realidad desde ese páis, también en situación
convulsa. El Comité aprovechó ese momento de comunicación con él
para nombrarle Socio de Honor del Comité de este año, título que
recogió en su nombre con mucha emoción su familia presente en el
acto.
Y
cuando ya todas dábamos el acto casi por concluido, de repente,
recibimos con sorpresa que los compañeros y compañeras del Comité
habían decidido dar otro título más de Socias de Honor, en este
caso a Mujeres y Teología Zaragoza, en su 25 aniversario, tras
recordar numerosos momentos compartidos en esos años y cito
textualmente:”...por su acompañamiento de las inquietudes
feministas cristianas reivindicadoras de la igualdad a ambos
márgenes, desde la antropología, la revelación y la teología...”.
Todo
un honor y una alegría inesperada, que agradecemos de corazón y
dedicamos a todas las mujeres luchadoras, y especialmente a todas
aquellas que han formado parte de la Asociación desde hace 25 años,
abriendo un camino siempre complicado. ¡Muchas gracias y a seguir
celebrando!
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