VENTANAS A LA SINODALIDAD
Este sugerente título ha sido el
elegido por la Asociación de Teólogas Española, ATE, para sus XX Jornadas,
celebradas el 12 y 13 de noviembre en el
colegio Mara de Madrid.
Ventanas que sugieren mirar,
asomarse, observar y a lo mejor abrir. Eso hemos hecho las participantes
escuchando a las teólogas que, han abordado el tema desde ventanas teológicas,
antropológicas y eclesiológicas. Un reto para la reflexión, para la misión y
para la celebración de todas las personas creyentes que sí creen en la
sinodalidad y ya la tienen en marcha. Sobre todo las mujeres, que llevamos
tiempo experimentado esa sinodalidad en nuestro trabajo por el Reino, en cómo
nos relacionamos, en cómo buscamos ser fieles al proyecto de Jesús. Tenemos un
camino andado que ponemos al servicio del Pueblo de Dios llamado a mirar por
todas las ventanas y a abrirlas. El proyecto sinodal o es con nosotras y con
todos los colectivos vulnerables y excluidos o no será.
Así, Nuria Martinez-Gayol, nos
acercó al principio de inclusión con sugerentes conceptos e imágenes clarificadoras. Y Socorro Vivas, a la
circularidad trinitaria danzante y no lineal y procesional.
Carolina Montero y Eillen
Fitz-Gerard nos situaron en la creación de vínculos, la idea de encuentro, la
disponibilidad, la escucha, los modelos masculinos de Jesús y San José; todo
ello desde la crítica feminista para que la ventana antropológica se abra para
la sinodalidad.
Y Carmen soto, Elisa Estevez,
Ianire Angulo, Carmen Picó y Paula Depalma se ocuparon de mostrar ventanas
eclesiológicas y sus repercusiones en
este sínodo, concretamente en: los espacios de la misión, el discernimiento
para consensos, la cultura del cuidado, la carta de ciudadanía de las mujeres
en la Iglesia y el reconocimiento pleno de los dones, carismas y ministerios de
todas las personas bautizadas.
Las voces escuchadas estos dos
días nos llaman a la conversión. Son voces proféticas que nos hablan de la
utopía a la que estamos llamados todos los bautizados. Voces autorizadas. Voces
que toman la palabra públicamente para quien quiera oír. Es una lástima que la
sala no estuviera llena de mujeres y de hombres porque, si estamos de verdad en
un camino sinodal, sus propuestas de reflexión y de misión son realmente
palabra nueva y no el cansino discurso que estamos escuchando sin propuestas
reales y consecuencias reales para el Pueblo de Dios. Todo quedará publicado en
la colección Aletheia, podremos leer las
intervenciones y seguir abriendo ventanas.
Queda agradecer a la ATE su
trabajo organizativo, la cercanía con que nos tratan a las participantes, el
esfuerzo de publicar, la oferta de libros y su perseverancia año tras año. A
las participantes, nos queda el reto de transmitir a nuestros grupos y
comunidades esas ventanas creativas, llenas de posibilidades para hacer de
verdad, un camino sinodal.
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