Club de lectura San Pablo “Mujeres Bíblicas”. 31 de marzo de 2025
AGAR EN TI. Autora: Pilar Yuste Cabello
En la sesión de marzo del Club de lectura San Pablo contamos con la intervención de Maite Polo quien nos propuso una aproximación a este libro de Pilar Yuste. Maite se presentó como creyente (es miembro de las Comunidades Cristianas Populares de Torrero) y como militante feminista (forma parte de la plataforma Abolicionistas Aragón)
El texto contiene una historia en tres niveles que Maite identificó con el ver, juzgar y actuar: a) lo que vemos en la historia de Agar (lo que está escrito); b) lo que analizamos/pensamos desde un presente en el que estas historias se reactualizan (el contexto actual); c) el viaje interior y vital en Agar; también en mi, en cada una de nosotras (¿hacia dónde nos lleva este relato?)
Agar es presentada en el texto de Pilar Yuste como mujer, esclava y extranjera (a su opresión fundamental por su condición de mujer dentro de una sociedad patriarcal se añaden otras que agravan su situación). Una mujer anónima, sin linaje y sin identidad. Maite recordó la caracterización patriarcal de las mujeres como las ‘idénticas’ −tal y como señala la filósofa Celia Amorós− para justificar su privación de derechos como sujetos. Agar es la otra, la nadie: refugiada, migrante, explotada, excluida, ignorada... Pero Dios sale a su encuentro por dos veces en el desierto, la nombra y con este acto de nombrar le otorga reconocimiento; un tu a tu en dignidad: ‘Él me nombra y yo también. Y le veo’. Así Dios interviene en la historia de Agar y la libera haciendo que pase de la sumisión a la resistencia.
De las muchas lecturas que permite este libro para nuestro presente Maite se centró en el tema de la mal llamada "gestación subrogada" o los "vientres de alquiler": Ninguno de los dos términos es realmente adecuado. En realidad deberíamos hablar de explotación y compra-venta de seres humanos para no caer en las trampas del lenguaje que enmascaran y adornan esta realidad tan sangrante en el siglo XXI que afecta a muchas mujeres de todo el mundo (una faceta más de la feminización de la pobreza). Es una actualización de la conceptualización aristotélica de las mujeres como vasijas vacías, materia inerte en que el semen creador del varón es el que insufla el alma humana.
El avance de las técnicas sobre la reproducción humana han hecho posible la práctica de los vientres de alquiler. Consiste en que una mujer lleve adelante un embarazo y un parto con el objetivo de entregar el hijo a terceras personas que, previamente, han contratado ese embarazo y pagado por el bebé. Desde que se conoció el primer caso con relevancia mediática en Estados Unidos en el año 1985, esta práctica no ha dejado de aumentar. Desde entonces, varios países han legislado a favor de la llamada gestación subrogada: la denominación es ya toda una declaración política porque implica la renuncia por parte de las mujeres ‘vientres de alquiler’ al derecho fundamental de la filiación, el feto que van a gestar durante nueve meses no les pertenece. De esta forma la mujer gestante se cosifica y deshumaniza hasta la máxima expresión y también los bebés que son un artículo más en un mercado donde todo se puede comprar si se tiene dinero suficiente (¿dónde quedan sus derechos?)
En la actualidad este es un negocio que está creciendo de forma exponencial: un negocio global (una industria deslocalizada y externalizada: Ucrania, Méjico, la India y casi todo el SE asiático…); un negocio controlado por lobbys médicos, agencias de intermediación… y en el que se dan, legalmente, situaciones tan ambiguas como las que encontramos en España (prohibición y complicidad). La demanda de bebés gestados de esta forma es tanto por parte de personas heterosexuales como homosexuales (parejas, mujeres solas y también hombres solos).
La explotación reproductiva de las mujeres es un tema crucial dentro de la agenda feminista abolicionista en la actualidad. Una faceta más de la mercantilización del cuerpo de las mujeres. En un marco de un neoliberalismo sin cortapisas, las mujeres pobres siempre pueden tener el recurso de vender su cuerpo: su capacidad sexual (en el caso de la prostitución) y su capacidad reproductiva (en el caso de los vientres de alquiler)
Como aspectos centrales para el feminismo en relación con los vientres de alquiler Maite señaló, a modo de conclusión dos consideraciones: la primera referida al falso debate entre consentimiento y libertad de elección. ¿Son ‘libres’ las mujeres empobrecidas que sufren estas nuevas formas de esclavitud?, como sostiene Amelia Valcárcel: “allí donde no hay igualdad, la libertad es uno de los nombres del abuso”. La segunda, sobre la cuestión de si los deseos individuales pueden convertirse en derechos, es decir, pueden acabar refrendados por leyes que los amparen. ¿El deseo de tener descendencia es, por sí mismo, razón necesaria y suficiente para la legalización de los vientres de alquiler? Tener un hijo es un deseo, no un derecho, mucho menos cuando su satisfacción implica el sometimiento, la explotación y el trato indigno a terceras personas (la madre de alquiler y el bebé)
Dos libros recientes sobre este tema, escritos por feministas españolas (que Maite trajo a la sesión):
-En el nombre del padre. Explotación reproductiva de mujeres y venta de seres humanos en el siglo XXI de Ana Trejo. Serendipia Editorial, 2023.
-Misoginia neoliberal: explotación reproductiva, prostitución y pornografía de Ana Pollán. Ed. Comares, 2024.
El debate fue muy animado y participativo. Algunas de las asistentes aportaron materiales para profundizar sobre este tema:

No hay comentarios:
Publicar un comentario