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lunes, 7 de octubre de 2024

30 años de Mujeres y teología en Zaragoza



Este precioso cartel tiene una historia: el dibujo fue presentado en el 2023 al Concurso que Alcen la Veu organizó para el cartel de los actos previos al 8M de La Revuelta-Alcem la Veu de ese año. No fue elegido. Cuando MyT valoramos la imagen de nuestros 30 años recordamos este dibujo y nos pusimos en contacto con la autora que, es de Zaragoza.

Ella, Yolanda Pilar Pérez Establés, nos autorizó generosamente a utilizarlo y además compartió con nosotras la gestación del mismo. Os adjuntamos la foto de la que partió y el texto que redactó para inspirarse. La foto es de su madre.
Gracias Yolanda Pilar.


"Tirar del hilo de su vida para poder reconciliarme con ella. Conocer su pasado para entender nuestro futuro juntas.

Nacida en la posguerra con una madre, mi abuela, demasiado estricta.

No pasó hambre, pero sí necesidad de afecto. La madre con la que yo crecí fue dura, muy trabajadora.

Nos calentaba la cocina antes de levantarnos, ponía la olla a presión a primera hora de la mañana y dejaba el almuerzo, la comida, la merienda y la cena hechos.

Cuando nos levantaba, nos llevaba a la cocina en brazos donde la ropa ya estaba atemperada.

Y con olor a cocido, judías verdes o lo que tocase ese día, nos vestía.

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¡Desayuna, vamos, y al cole!

Se iba a trabajar al taller de confección donde estaba mi padre. Y entonces, todo el taller se ponía las pilas porque ella tiraba del carro. Tanto tiró del carro que le salieron callos en el alma.

Al mediodía, volvíamos a comer, y a las tres, de vuelta al cole. A media tarde, regresábamos al taller y allí estaba ella de nuevo, trabajando hasta las ocho u ocho y media, hora a la que volvíamos todos a casa. Se puede decir que mi madre no paraba en todo el día.

Esa vida de mujer trabajadora de los años setenta, ochenta y noventa, y la falta de afecto de una madre que vivió una guerra muy dura, la hicieron ser la madre con la que yo me crié y crecí. Arisca, hostil, exigente, con cambios de genio muy bruscos. Los afectos no eran una de sus prioridades.

En el camino perdió la sonrisa y el afecto; lo cambió por café, nervios y gritos.

Esta es la madre a la que yo no me quiero parecer

La historia de mi madre y de mi abuela es la historia de muchas mujeres y mi historia es parte de ellas.

Dicen que me parezco a mi madre y a mi abuela. Hace unos años no quería parecerme a ellas, pero hoy me siento orgullosa de ello.

Espero que la historia de mi hija sea una historia de libertad y de amor.

No cabe duda que la vida de la mujer trabajadora actual es dura pero la de las primeras mujeres lo era aún más

Con el Alzheimer descubrí a una madre distinta, la madre niña, la madre que me decía te quiero, “qué guapa eres, qué bien estoy contigo”.

Mi madre fue un ejemplo de fortaleza, de lucha constante y de sobrevivir de la mejor manera en el mundo que le tocó.

Ahora nuestra lucha no va de supervivencia sino de cambiar el mundo que nos toca."

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