VENIMOS DE LEJOS. Manifiesto 5M (12M en Zaragoza)
– Venimos de una
larga tradición feminista que ha luchado por la dignidad de las mujeres, que ha
exigido la igualdad de derechos, poder votar, libertad sexual y reproductiva, y
en el siglo XXI se reconoce diversa, se muestra con una fuerza joven y
renovada, y hoy volvemos a salir a la calle para alzar la voz y decir ¡Basta!
– Venimos de
las mujeres valientes y libres de las primeras comunidades cristianas,
y de todas las que a lo largo de la historia se han negado a quedar recluidas en
los roles secundarios e invisibles a que la tradición eclesial y teológica las
quería someter.
– Venimos de la buena noticia de un Jesús que transgrede las normas de una sociedad profundamente patriarcal. Venimos de una Iglesia que en sus inicios hizo de la igualdad entre hombres y mujeres, una de las aportaciones más radicales del cristianismo a la historia de la humanidad. ¡Recuperémosla!
SOMOS MUCHAS
– Somos muchas las
que en todo el mundo alzamos la voz. Somos mayoría en las tareas de
voluntariado, en las celebraciones religiosas, como catequistas, en los
consejos parroquiales, somos muchas en los movimientos, asociaciones, centros
recreativos y en el mundo educativo de la infancia y juventud.
– Son incontables
las congregaciones de religiosas que trabajan día a día por los derechos de los
más vulnerables. ¿Quién constituye una parte importante de la Iglesia en el
siglo XXI? ¡Nosotras!
DECIMOS BASTA
– Decimos basta a
ser invisibilizadas y silenciadas.
– Decimos basta a ser
tratadas con condescendencia como si fuéramos menores de edad. Decimos basta a
la discriminación por razón del sexo o del género.
– ¿Cuántas mujeres vemos representando la institución? ¿Cuántas pueden tomar parte en la toma de las decisiones? ¿Cuántas teólogas trabajan en las facultades de teología, cuántas acompañan espiritualmente, cuántas son formadoras de los seminarios?
– Decimos basta a
que se nos niegue el sacerdocio debido a nuestro cuerpo, un cuerpo que siempre
está bajo sospecha.
– Basta a una visión
negativa de la sexualidad, que crea sufrimiento.
– Basta a una imagen de
un Dios exclusivamente masculino.
IMAGINAMOS Y
CONSTRUIMOS UNA IGLESIA NUEVA
– Una Iglesia que es
comunidad de iguales, donde la mujer es reconocida como sujeto de pleno
derecho, con voz y voto en todas partes, donde la mujer es valorada por los
propios talentos, carismas y aportaciones a las comunidades.
– Una Iglesia
donde el liderazgo es compartido entre mujeres y hombres, laicos, laicas,
personas consagradas y sacerdotes. Una iglesia paritaria, más plural y menos
jerárquica.
– Una Iglesia que
acompaña sin juzgar toda la diversidad de las familias, de identidades y
orientaciones sexuales.
– Una Iglesia
donde las mujeres ya somos, y nos reconocemos con autoridad y liderazgo. Una
Iglesia que ya hoy es semilla de futuro.
– Venimos de lejos, somos
muchas, y alzamos la voz para decir basta y exigir una Iglesia nueva.
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